Se encuentra en la parte baja de Fuendetodos, en el número 15 de la calle de la Alhóndiga, al igual que la inmediata ya desaparecida, esta casa pertenecía a la familia de la madre de Goya, Gracia Lucientes.
Gracia Lucientes vino aquí desde Zaragoza, a dar a luz a su hijo Francisco.
De manos de Miguel Lucientes, hermano de Gracia, la casa pasó a la familia Grasa, también parientes de los anteriores e hidalgos.
Luego fue de los Pelegrín, más tarde de los condes de Fuentes y en el año 1860 se convirtió en la posada del pueblo.

En 1913 con motivo de la visita de Ignacio Zuloaga y sus amigos zaragozanos, se descubre una lápida conmemorativa que dice: "En esta humilde casa, nació para honor de la patria y asombro del arte, Francisco de Goya y Lucientes. 31 de marzo de 1746-16 de abril de 1828". 16-IV-1913.

La decoración de la lápida es obra del escultor Dionisio Lasuén y tiene un pequeño error porque la fecha del nacimiento de Goya fue el 30 de marzo de 1746.

En 1916, Zuloaga, que siente una gran admiración por Goya, la adquiere con los fondos obtenidos en una exposición en la que colaboraron destacados pintores aragoneses, como Marín Bagües, García Condoy, Gárate, Díaz Dominguez y otros, con el objeto de convertir Fuendetodos, en símbolo de una futura escuela de pintores y en una especie de santuario del arte.

La construcción de la casa es típicamente pueblerina, no demasiado rústica, hecha de piedra sin labrar, con habitaciones en dos pisos comunicados por una escalera.

La cocina es de hogar bajo, de estilo aragonés, en el piso alto estaba la alcoba y la sala.

La casa que estaba decorada con reproducciones goyescas y seleccionadas cerámicas, fue saqueada durante la guerra civil.

En 1920 en la plaza de la iglesia, se descubrió un busto de Goya, creado por el escultor Julio Antonio.

En 1978, con motivo del 150 aniversario de la muerte del pintor en Burdeos, se inagura otro busto de Goya en la plaza que da enfrente a la fachada principal de la casa, esta vez obra del escultor turolense Gonzalvo.

En la actualidad una fundación, en la que se integran la Diputación Provincial de Zaragoza y los herederos de Zuloaga, se ocupa del mantenimiento y restauración del edificio, que en 1982 alcanzó la categoría de monumento histórico-artístico.

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